Faltan

Hay historias que ocurren sin siquiera ​esperarlas, aunque quizá esas son las más ​mágicas de todas.

Años antes, mientras la música de la ​orquesta sonaba, entre las filas de los ​instrumentos se podía oir el latir de dos ​jóvenes comenzando a escribir la más bella ​canción de todas. Una canción que hoy ​enlaza sus nombres, al igual que el aroma de ​rosas en una puerta por aquel mes de ​octubre. Hoy, estas rimas suenan a un

“para toda la vida”.

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